LA VIOLACIÓN DE NANKING
Iris ChangEn Estados Unidos se suele pensar en la Segunda Guerra Mundial como un acontecimiento que comenzó el 7 de diciembre de 1941, con el ataque japonés a Pearl Harbor, que se llevó a cabo desde portaaviones. Los europeos la fechan el 1 de septiembre de 1939, cuando la Luftwaffe y las divisiones Panzer de Hitler lanzaron su Blitzkrieg contra Polonia. Para los africanos comenzó en una fecha todavía más temprana, con la invasión de Etiopía por parte de Mussolini en 1935. Pues bien, para los asiáticos, la Segunda Guerra Mundial comenzó con los primeros pasos emprendidos por Japón con vistas al dominio militar de Asia oriental, es decir, con la ocupación de Manchuria en 1931.
“Tal y como la Alemania de Hitler haría media década más tarde, Japón se sirvió de una maquinaria militar altamente desarrollada y de una mentalidad racial supremacista para imponer su pretensión de gobernar a sus vecinos. Manchuria cayó rápidamente en manos de los japoneses, que establecieron allí su gobierno de Manchukuo, formalmente a cargo de un títere, el emperador depuesto de China, pero de hecho en manos del ejército japonés. Cuatro años después, en 1935, Japón se adentró en las provincias de Chahar y Hopeh, ocupándolas en parte; en 1937, cayeron Pekín, Tientsin, Shanghái y finalmente Nanking. Efectivamente, la década de 1930 fue dura para China. La presencia japonesa en suelo chino se prolongaría hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945.
Sin duda, aquellos catorce años de dominación militar nipona en China estuvieron marcados por un sinnúmero de incidentes de una crueldad casi indescriptible.